La Asociación “Progetto Continenti” nació durante un viaje de solidaridad a Nicaragua y Guatemala, en 1988 de un pequeño grupo de amigos de diferentes ciudades de Italia, juntos a Giuseppe Florio, teólogo biblista y animador de comunidades básicas.
Durante esa experiencia se entregó a ONG e instituciones locales, una donación como muestra de compartición entre hermanos. A partir de esta primera experiencia, nació Progetto Continenti, que en mayo de 1989 si dio una reglamentación legal como asociación. Además, en ese mismo año empezó la actividad del Convento de S. Andrea en Collevecchio, que la Provincia Romana de la Orden de los Capuchinos compró y convirtió en un lugar de espiritualidad, profundización y estudio para cultivar la esperanza de una cultura de paz, de solidaridad, de acogida y de diálogo entre diversidades.
Soñamos con un mundo de paz, solidaridad y fraternidad; y los años en que trabajamos juntos a las numerosas personas del Sur del mundo nos animan con energías y esperanza para que sigamos con nuestro camino. Sin embargo, tenemos conciencia de que trabajar a favor de un mundo más justo implica siempre preguntarse a si mismos sobre las razones profundas del nuestro actuar y buscar nuevas modalidades de relacionarse, fundadas en el diálogo, en la no violencia, en las capacidades de acoger y escuchar al otro.
Por lo tanto, en nuestra opinión los que quieran contribuir a la realización de un mundo en el que los marginados y los oprimidos igual puedan dar, aunque sea laico y no religioso, necesiten llevar a cabo un camino interior, que nos ayude igual a mirar más allá de los resultados que logramos, a cultivar en la persistencia de la dedicación, la práctica de la paz y de la humildad.
“El humilde se le puede considerar como el que anticipa un mundo mejor” (N.Bobbio, Elogio della mitezza)
Es necesario guardar la capacidad crítica y la libertad interior incluso hacia los resultados logrados, por los que trabajamos mucho, para que todo el mundo aprenda que la Vida siempre está más allá de las reales condiciones, políticas, sociales y religiosas que pusimos.
Estamos convencidos de que no sea posible encontrar, entre los que se definen como creyentes, alguien quien sepa servir al Otro, que se ocupe de voluntariado, política, sociabilidad, sin una autodisciplina interior, sin llevar a cabo un camino espiritual. La salvación del mundo depende de esa fe interior que igual se puede encontrar en los que se definen no-creyentes, y que incluso podrían dar su vida a favor de la causa en la que creen.
Por esto, queremos que el Convento de S. Andrea, un lugar para creyentes y no-creyentes, donde realizamos encuentros espirituales, actividades de formación hacia la solidaridad y días de profundización sobre la realidad internacional, sobre los mecanismo de explotación de los pueblos más pobres, para que se conciencie el mundo sobre la injusticia mundial- que obliga la mayor parte de la humanidad a sufrir hambre- y la necesidad de una alternativa al modelo actual de desarrollo.
Queremos que el Convento sea más y más acogedor, en el respecto de las culturas y de las experiencias de todos, para que continúe a ser un lugar de encuentro/confrontación de caminos reales, un lugar donde sea posible imaginar y promover en concreto los tratos del hombre nuevo, el que vivirá en el “nuevo mundo posible”.
Info: www.ilconvento.it
